Ojos rojos en las fotos. ¿Porqué? ¿Soluciones?

Bueno, después de casi todo (por no decir todo) el verano sin escribir y a un día de tener un exámen voy a escribir una entrada sobre un tema que probablemente te has cuestionado alguna vez y posiblemente no hayas satisfecho tu curiosidad. Como podrás intuir (por el título, la foto y los tags...) es el tema de los ojos rojos en las fotografías.

Si te das cuenta, normalmente, se da esta situación en ambientes de poca luz y más si la persona que está siendo fotografiada tiene los ojos de un color claro. Y, ¿Porqué en esas situaciones y más las personas con los ojos claros? Pues porque resulta que con esas condiciones de contorno la pupila se dilata. Pero, ¿qué relación tiene con que los ojos salgan de color rojo? Pues realmente lo que pasa es que al estar las pupilas más o menos cerradas no entra suficiente luz dentro del ojo para que veamos que es lo que hay dentro. Al estar en esas situaciones las pupilas se abren lo suficiente para que podamos ver que es lo que hay dentro. Y... ¿El color de dentro de mis ojos es rojo? Pues no exactamente, ya que a través de la pupila lo que llegamos a ver es la retina, pero es casi transparente. Realmente lo que vemos es los pequeños capilares que la atraviesan en la parte más profunda (el epitelio pigmentario) que son los que se encargan de darle ese color característico. El principal culpable de que pase esto es el flash. Cuanto más cerca del ojo y más perpendicular respecto a la pupila nos incida el flash, tenemos más posibilidades de que se nos arruine la foto con ese color rojizo en los ojos. Por ello es que las personas con ojos claros son más susceptibles a este efecto ya que, como dije arriba, son más sensibles a la luz, y por tanto se les dilata más (y/o más rápido) la pupila.

¿Cómo podemos corregir esto? Pues a parte de las medidas posteriores que corresponderían al tratamiento digital de la imagen. Utilizando algún programa (photshop, gimp o paint para los más osados)podemos editar la imagen dejando un resultado mejor o peor. Pero la mejor solución es la que evita el problema (como dice el rico refranero español, "más vale prevenir que curar"). Para ello debemos estar en un ambiente con una buena iluminación. Pero a veces esto no es posible (véase estándo de noche en la playa, ya me dirás como iluminas eso adecuadamente). A si que para eso se inventó el modo de flash "ojos rojos". Si teneis o habeis probado una cámara que disponga de dicho modo de disparto, si os fijais, símplemente lanza una ráfaga de flashes antes del disparo y el consiguiente flahs definitivo. ¿Cómo funciona esto?
Pues muy sencillo, símplemente con esa ráfaga lo que se pretende es estimular a los ojos para que contraigan la pupila y así al hacer la foto haya menos posibilidades de que se produzca este fenómeno.

Como dato curioso, diré que esto no está relacionado con lo que le pasa a muchos animales de noche, que les brillan los ojos. Técnicamente se llama "tapetum lucidum" y es la razón por la que ocurre esto es por una estructura que tienen dichos animales (y la de la cual nosotros carecemos)que hacen que cuando entra un haz de luz se refleje y así pasa dos veces por los receptores del ojo y así poder percibir detalles que no "vieron" en la primera pasada. Por esto de noche les podemos ver los ojos brillantes a estos animales (como perros y gatos) mientras que es imposible que nosotros le veamos los ojos rojos a alguien por muy oscura que esté la situación. El efecto de ojos rojos no es más que un efecto creado por cámaras fotográficas y otros métodos artificiales de visión.


Espero haber solventado esta duda si es que la teníais (como siempre que hago una entrada de este tipo). En caso negativo, si ya conocias del tema, te insto a que me corrijas si me he equivocado, o aporte más información para que pueda mejorar la entrada.

También quiero disculparme si os parece algo desordenado el texto, pero son la una de la mañana y hacía mucho que no escribía a si que me ha costado ordenar las ideas en la cabeza ántes de escribirlas.

¡Un saludo a todo aquel que me lea!

Fuentes: Saber curioso, Ocularis